sábado, 11 de diciembre de 2010

Sex Shop

¿Alguna vez os habéis visto afectados por la vergüenza de entrar en un sex shop?

Cuando vas de compras y entras en una tienda a ver los productos que se venden en ella, lo haces con toda la naturalidad del mundo. Nadie te mira y mucho menos juzga lo que vayas a comprar.
Pero cuando los productos a los que nos referimos tienen relación con el sexo la cosa cambia. Parece que haya una muralla invisible pero gruesa entre la calle y la puerta de la tienda. En ese momento notas todas las miradas de los que caminan por la calle mirándote y casi puedes leer su pensamiento: ¡sera pervertid@!
Una vez dentro también notas la desconfianza del dependiente de la tienda y temes que te haga la típica pregunta de: ¿necesitas ayuda con algo?

Puede que en ese momento te sientas culpable de haber entrado y puede incluso que empieces a pensar como esas personas que paseaban, sintiéndote un pervertido. Es cuando consigues superar esta vergüenza y este sentimiento de culpabilidad cuando te das cuenta de que el sexo empieza a formar parte de tu vida de una manera natural, sin tabúes.

Cuando llega este momento puedes hablar con el dependiente dejándote aconsejar y buscando lo que te gusta realmente, sin problemas ni barreras que te hagan conformarte con lo primero que pilles para salir de ahí cuanto antes para que no te vea la gente o para que el dependiente no se acuerde de ti.

¿Por qué no disfrutar de la sexualidad amplia y tranquilamente?

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